Encontramos figuraciones femeninas sin identificar que expresan abatimiento, ausencia, o dolor. Las más antiguas, de comienzos del siglo XX están situadas sobre un pilar y son de calidad regular. Podría tratarse de ángeles sin alas, una iconografía relativamente frecuente en la época y que convive con el ángel cristiano. En este sentido, la figura femenina que decoró el panteón de Plácido Madorrán es también una representación angélica en forma de mujer sensual, peinada a la moda y vestida con un vestido muy sutil que desvela sus formas. Otros ejemplares, de cronología muy variada e incluso reciente, reproducen modelos tradicionales como el doliente, con el cuerpo y la cabeza oculta bajo amplios ropajes, o el oferente, que deposita flores en la tumba.