Decoración no figurativa: decoración vegetal

La decoración vegetal inunda todo el recinto y cada especie posee unas connotaciones propias que expresan sentimientos a través de un lenguaje complejo e interesante, ahora casi olvidado pero antes perfectamente conocido. Son frecuentes especies como el roble, encina, laurel, parra y enredadera; flores como el crisantemo, la flor de adormidera, lirio, azucena, nomeolvides, violeta o rosa.

Ramas y flores se presentan en forma de frisos, formando ramos, guirnaldas, coronas y centros para colocar velas. Son elementos cargados de simbolismo y así, la flor en general significa tanto juventud y caducidad de la belleza como victoria sobre la muerte, lo transitorio y lo fugaz; la rosa expresa amor y también nostalgia por la juventud perdida; la azucena significa eternidad; el lirio es símbolo de pureza y de la confianza en Dios y la siempreviva expresa el recuerdo. La flor de adormidera es el sueño eterno, evocando la concepción de muerte como sueño. La hiedra, de hojas siempre verdes, significa inmortalidad, pero también es símbolo de cariño y del abrazo entre la vida y la muerte. La palma indica victoria y el laurel purificación, triunfo sobre la muerte, nueva vida mediante la acción redentora de Cristo. Si presenta forma de corona, en cuanto círculo, significa durabilidad, resurrección y vida eterna.